viernes, 2 de octubre de 2009

La Traicion de los Orcos

La fresca brisa de nagrand acaricia mi rostro, mientras estoy tendido en el verde pasto que tapiza la colina a la que estoy designado, que domina el valle y la isa central entre los verdes acantilados qe caracterizan a Nagrand. Me llevo la manzana a la boca y le doy una mordida. Arrojo el corazon al aire y es atrapado por mi elekk, que yace a mi lago peresozamente.
El sol se empieza a ocultar tras los altos picis de Bladedge Mountains. Se escucha un rapido galopar a lo lejos. Por la colina sube velozmente un elekk marron, sobre el cual va montado un joven draenei. Joi es su nonbre. Lo conosco desde hace varios años. lleva su largo cabello desordenadamente sobre sus hombros, mientras sus twntaculos descansan sobre su pecho. su piel, de un azul claro brilla bajo el sol a causa del sudor.
-Eh! Que pasa, Belexar? Durmieldo en tu turno?- Joi era un Shaman. De hecho, era uno de los primeros dicupulos de Nobundo. Lo habia visto luchar muchas veces, tanto contra la Legion como en duelos contra otros draenei. Manejaba los elementos con facilidad sorprendente, e incluso me habia vencido a mi un par de veces.
-Y que mas quieres que haga? Lo mas interesante que ha pasado desde la mañana fueron un par de goblins empapados despues de pbobar su nueva bomba a prueba de agua!- Joi bajo de su montur a y recojio una manzana. -Jajaja, bueno, pero yo he estado patrullando los acantilados toda la mañana asi que creo que me meresco un descanso. Ah! Y Stephona dice que ahira es tu turno de cuidar a los nuevos reclutas, estuvo con ellos todo el dia de ayer y no dejaban de jalar demonios.- Desanimado por mi nueva tarea, pues cuidar a los nuevos, quines eran peligrosamente ignorantes en cuando a estrategia, discrecion y batallas reales, era la tarea mas temida por los soldados, monte a mi elekk y me despedi de mi amigo. -Ten cuidado!- me dijo. - Y asegurate que nadie se acabe haciendose matar, en especial Stephona!
Riendo, me alejo hacia el este. Todavia tengo que hacer dos rondas de patrulla antes de volver al cuartel. De pronto mi elekk se detiene. Levanta su trompa al aire y olfatea. Se empieza a agitar nervioso, mirando en todas direcciones. Una corriente de viento golpea mi rostro y huelo lo mismo que mi montura. Se ha derramado sangre cerca de aqui.
Siguiendo su olfato, mi elekk llego a un claro, cerca de Terrocar Forest. En el centro del claro, yacian cuatro draeneis, en un charco de sangre fresca. Al borde del claro, estaba otro draenei, con una herida chamuscada en su espalda. Deben haberlo matado mietras trataba de escapar.
Los otros cuatro cuerpos presentaban heridas de armas cortantes, posiblemente espadas o hachas. El mago del grupo tenia una herida de algun arma arrojadiza en la espalda. Los atacaron por sorpresa y cayeron contra el mago primero para evitar que los congelase. Esto no lo habian hecho demonios comunes. Solo un enemigo muy poderoso y con un lider stuto e inteligente podria derotar a un grupo entero de draeneis veteranos.
En el suelo veo varias huellas, posiblemene de un gran grupo de demonios. Decido que seria prudente averiguar a donde se dirije el grupo antes de llamar a Joi o a Stephona para llevar los cuerpos a Shatrath.
Sigo el rastro de huellas hasta llegar a los caminos que llevan a Sangamarsh. Ahi, algo llama mi atencion. Apoyada en un tronco y junto a una fogata veo una enorme hacha orca. No cualquier hacha orca, sino el hacha de mi amigo Krone, un guerrero orco. Desde que la Legion llego a Draenor, su clan ha apoyado a mi raza a repeler la invasion.
-Lok tar Krone! Que haces, amigo?- El orco se levanto del suelo y se volteo hacia mi. Yo yo creia lo que vieron mis ojos. Su piel era de color rojo vivo como la sangre que empapaba su hacha, y sus ojos brillaban con una malignidad demoniaca. -Amigo? Me llamas amigo? Krone Rockjaw no tiene amigos!- Krone sostiene su hacha con ambas manos y la levanta sobre su cabeza. -Tu mueres aqui!- Y entonces el orco ruge y carga hacia mi.