El enorme orco baja su hacha hacia mi cabeza, queriendo partirla a la mitad. Yo calculo y ruedo a un lado en el ultimo momento. Siento la rafaga de aire cuando el filo de su hacha pasa rozando mi brazo. Krone nunca fue tan rapido. Ningun orco lo es. Doy un salto hacia atras para alcansar a mi elekk y desato la correa que sostiene mi lanza, necesito mantenerme fuera del alcance de su arma.
Krone levanta su hacha y vuelve a cargar hacia mi. yo retrocedo y trato de desviar su golpe, pero el orco baja el filo de su hacha y me da en el pecho con la parte plana. El golpe me deja sin aire y me lanza al menos tres metros hacia atras y contra el tronco de un arbol. El tampoco solia ser tan fuerte. Aturdido y tratando de recuperar el aliento, veo a Krone acercarce a mi para asestar el golpe final.
En los ultimos metros, el orco corre hacia mi elevando el filo hdiagonalmente hacia mi garganta, buscando decapitarme. Casi instintivamente, invoco un escudo alrededor mio. El hacha choca inaudiblemente contra la burbuja de luz y se detiene. Al instante, lanzo mi hechizo de aletargamiento. Krone baja los brazos y queda mirando hacia el suelo ausentemente. Todavia respirando con dificultad, camino hacia mi lanza y la recojo del suelo. Mientras el orco empieza a volver en si, yo descargo el mango de mi lanza con fuerza contra la cabeza desprotegida de Krone y este cae al suelo inconsiente.
Yo desato un par de cuerdas de mi montura y las uso para atar a Krone al lomo de mi elekk. Necesitare a Joi para llevarlo a el y a los draeneis caidos a Shathrath. Al llegar al claro, busco una bengala en mi mochila, la enciendo y la arrojo contra el suelo. Esta estalla, disparando chispas rojas varios metros hacia el cielo. Un minuto despues, Joi llega al claro, a lomos de su ellek.
-¿Que paso aqui? ¿Por que Krone esta inconciente y atado a tu montura? ¿Y por que esta todo rojo?
-Estos draeneis fueron emboscados, Krone intento matarme y no se por que esta rojo pero al parecer es por la misma razon por la que es el orco mas rapido y fuerte contra el que he luchado y al parecer esta enloquecido o poseido o algo. ¿Y a ti como te fue, ah?
- Bueno, supongo que debemos llevarlo con Velen. El sabra que hacer.
- Si, y tambien llevemosnos a estos. Tengo la horrible sensacion que estas dos cosas estan conectadas.- Atamos los cuerpos a los elekks y nos dirigimos hacia el este, hacia la entrada escondida de la terraza superior.
En unos minutos llegamos a la ciudad. Los draenei que salian a recibirnos miraban desconqrtados y sorprendidos a los cuerpos que colgaban de nuestras sillas. Al entrar se nos acerca Stephona, a lomos de un elekk gris. Stephona era una Priest, una sacerdotisa y curadora. Al ser parte del ejercito, su deber es cuidar de los soldados y apoyarlos en batalla. Solo unos pocos draenei; entre ellos Velen, Joi y yo; sabiamos que habia obtenido poderes mas oscuros para poder luchar directamente en la batalla.
- ¿Que paso ahi afuera? Sea lo que sea que han hecho tienen a media ciudad de cabeza, Ya han movilizado el ejercito en un perimetro, y estan llegando refugiados de todo Draenor.
- Larda historia, te contaremos luego, ahora tenemos que llevar a Krone con Velen, esta como poseido o algo.
En ese momento, Krone empieza a gruñir, pero Joi lo acalla rapidamente con la base de su mazo.
Despues de dejar los cuerpos con los sacerdortes, fuimos hacia el centro de la ciudad a ver a Velen, quien posiblemente estaria hablando con los Naaru. En el centro de la enorme cupula erguida sobre la ciudad, centro de la civilizacion draenei, se alohaban los Naaru, quienes daban ayuda y consejo a los draenei, y nos protegian de los demonios de la Legion con su Luz divina. Ahi se encontraba Velen, nuestro profeta y lider supremo, discutiemdo con sus generales y sacerdotes. Nobundo, para nuestra sorpresa, tambien se encontraba ahi, junto con nuestros archimagos. Debe ser una reunion muy importante para que todos los lideres draenei estuvieran presentes.
-Ah, hermanos- dijo Velen al vernos entrar -Vienen en tiempo oportuno, pues si mal no creo ustedes traen a un miembro de los orcos, quien ha sido maldito de alguna manera desconocida aun para nosotros.
-Asi es, gran profeta, halle a nuestro amigo Krone cerca de un claro donde fue masacrado un grupo de draeneis, veteranos ademas. Al verme se mostro hostil y trato de eliminarme, pero pude neutralizarlo antes de que causara mas daños. Lo hemos traido con usted confiando en que pueda librarlo de la maldicion que le aflige.
-Deja de una vez las formalidades, son un retraso innecesario. Solo dinos lo que viste.
-Bien- respondi -Despues de mi guardia, iba a realizar una ronda mas antes de volver a las barracas, pero mi elekk sintio el olor de la sangre y me tope con un grupo de draeneis muertos. Cerca me encontre con Krone, que estaba como poseido y trato de matarme. Lo deje inconciente y con ayuda de Joi lo traje a Shatrath junto con los draeneis caidos.
-Terrible suceso, de hecho- dijo Velen, pensativo.
-Esos soldados formaban parte de nuestros escuadrones de elite, cualquier grupo de demonios vagabundos no hubiera tenido oportunidad contra ellos, aun en una emboscada.- Opino un viejo general.
-En ese caso- interrumpio Nobundo -O estos no fueron simples demonios, o incluso puede que no fueran demonios en absoluto. Tal vez el orco que nos traen estos jovenes soldados pueda saber algo al respecto.
Velen asintio con la cabeza y puso su mano encima de Krone, quien yacia inconciente en el suelo. Al ser tocado por la luz que nacia de la mano del profeta, el orco abrio los ojos y levanto la mirada.
-Krone Rockjaw, del clan Blackrock. ¿Puedes reconocerme?
Por toda respuesta, Krone emite un rugido estremecedor y se lanza contra el cuello de Velen. Antes de que alguien pudiera desenvainar un arma o lanzar algun hechizo, el puño del profeta sale disparado a una velocidad increible y se hunde en el rostro enfurecudo del orco, quien cae de nuevo inconciente al suelo.
-Creo que antes de interrogarlo, vamos a necesitar desacer esta maldicion que lo enfurece, Nobundo.- dijo tranquilamente Velen -Que los magos dibujen un circulo de contencion y que los archimagos y sacerdotes de alto rango que tengamos disponibles se pongan a trabajar en deshacer la maldicion. Nosotros tambien ayudaremos. Mientras tanto,- nos mira a nosotros tres -ustedes deberian dirigirse a las murallas. Los necesito dentro de la ciudad para cuando este orco despierte. Ya que es amigo vuestro puede que su precencia sea util en el interrogatorio.
Con esto nos despide y nos dirigimos a las murallas interiores de la ciudad. La muralla exterior de la ciudad tenia dos entradas principales. Una venia desde Terrocar y llevaba al distrito inferior, donde residian los civiles y los guardias. La segunda puerta, que apuntaba hacia la frontera con Sangamarsh, pasaba sobre la muralla interior y llevaba a la terraza de los Naaru. Ahi vivian los priests y los oficiales, que junto con Velen y los Naaru discutian asuntos politicos y militares. Ahi tambien estaban los elevadores hacia las terrazas superiores, en una de las cuales donde se encontraba la tercera entrada, que daba hacia Nagrand.
La muralla exterior estaba protegida por los hechizos mas poderosos de nuestros magos, y los shamanes habian montado hileras de totems a lo largo de esta. Sobre la muralla se encontraban filas de arqueros y magos, mientras que ambas entradas estaban custodiadas por guerreros fuertemente armados. Entre estas dos murallas se encontraba el distrito inferior, donde patrullaban los pacificadores, guardias equipados para intervenciones rapidas y montados en elekks. Sibre este distrito habia una serie de puentes que cobectaban ka muralla exterior con la interior.
La muralla interior tenia escaleras en su interior, para que, en caso que el enemigo penetrase la muralla exterior, el distrito inferior pudiese ser evacuado facilmente, y los civiles pudiesen escapar a nuestras bases de Nagrand, Terrokar o Zangamarsh a travez de alguna de las puertas secundarias. Uno de los puentes que unian las dos murallas llevava directamente hacia una de las entradas secundarias, que se drigia al este, mientras que un elevador en la muralla interior llevaba a una terraza superior donde estaba la entrada oeste, que desenbocaba directamente en Nagrand.
Nosotros fuimos posicionados en la muralla interior, donde pasabamos los dias patrullando el distrito inferior y viendo a los soldados salir hacia las bases orientales, muchas veces para no volver, y escuchando preocupantes noticias que nos traian los grupos de reconocimiento.
-Oye, eres tu Belexar?- me dijo un dia un mago que acababa de regresar de una mision en el este de terrocar, de donde se habia reportado mucha actividad de la Legion ultimamente.-Es cierto que have dos dias te enfrentaste contra un orco que habia sido poseido?
-Asi es,- supongo que era estupido esperar que no se corrieran rumores despues de entrar con un cuerpo colgando de la silla -Por que preguntas?
Bueno, esque hace justamente dos dias hemos empezado a perder contacto con las bases de Nagrand y Shadowmoon, y ademas...
-Entonces era verdad?- interrumpio Joi -Porque aunque la legion tiene mucha fuerza en esa frontera nunca han podido detener ni a la mitad de nuestras caravanas.
-Eso era antes, pues ahora no hay forma de pasar al valle- contesto el joven mago- Y recientemente, el fuerte norte de la frontera, ha caido.
-Que? Eso es imposible!- grito Stephona, anonadada -Muchos de nuestros mejores guerreros y paladins defendian esa base, y gracias a ella podiamos mantener a la Legion fuera del bosque!
-Si- reflexione yo- Eso explica por que ultimamente han estado mandando tantos grupos ligeros hacia la frontera, estan tratando de sostenerlos a base de emboscadas.
-Exacto, pero eso no es lo mas preocupante, sino que, al buscar sobrevivientes en las ruinas del fuerte, encontre esto.- dijo mientras nos alargaba una mano que sostenia un objeto cubierto con una tela oscura.
Cerre mi mano sobre el objeto y retire la tela que lo cubria. En mis manos tenia una daga de hoja negra, con el simbolo del clan Blackrock tallado en el mango de madera. Al tocar la hoja con mis manos, el calor de esta quema mi piel y suelto el arma, que cae al suelo.
-Argh! Esa cosa es casi oscuridad pura!
-No solo eso.- añadio el mago- Ademas, esta daga fue encontrada enterrada en la espalda de un priest draenei.
-Espera, eso quiere decir que todo el clan Blackrock esta poseido?- pregunto Joi, parandose volcando su silla.
-Tal vez, tal vez solo sean unos cuantos, pero hace ya una semana que no tenemos noticia de los orcos. Si es que existe una especie de guerra civil podriamos apoyar a nuestros aliados a contener a los insurgentes, pero si todo el clan esta como estos, no se que podemos hacer.
Ya despues de que el mago volviera a la torre, me dirigo a mis compañeros. -Es sorprendente la rapidez con la que se extienden los rumores por la ciudad. Ahora los soldados estan nerviosos, pues los orcos son, o eran, nuestro aliado mas fuerte contra la Legion.
-No es posible que los orcos hayan sido derrotados y mutados en esta forma.- opino Stephona- mucho menos en tan poco tiempo!
En ese instante, un Escudo de Velen, la guardia elite del profeta, se nos aproximo. -Ustedes tres.- nos dijo- El profeta requiere su precencia. La purificacion del orco esta casi completa.
Sin mas palabra se puso en marcha, y nosotros lo seguimos a traves de la terraza de la muralla interior, hacia el interior de la cupula. En un costado, se encontraban Velen y Nobundo, junto con un grupo de magos, priests y shamanes, todos formando un circulo alrededor de una fuente de luz. Esta fuente era alimentada por ellos, y en el centro se encontraba Krone, que ya había recuperado su color de piel verde oscuro. Con los ojos abiertos, se mantenía de rodillas, mirando fijamente al suelo y respirando ansiosamente, como si acabara de despertar de una pesadilla.
Repentinamente se pone de pie y mira a Velen, con una mueca de desesperación en el rostro. –Lo siento tanto! De verdad, yo no quería hacerlo. Fue Ner’zhul, nos convenció, nos obligo!
-Calmate, Krone –hablo lentamente Velen -Respira y cuéntanos que fue lo que paso.
- Si, lo que paso, lo recuerdo. Todo comenzó con los Shadowmoon. Ellos y Ner’zhul. El los convenció a todos que ustedes estaban tramando apoderarse de nuestras tierras, el fue.
El? Imposible- replico indignado Nobundo- Yo lo conozco, es muy sabio, y tiene una profunda conexión con los espiritus, no podría haber hecho algo asi!
Los demonios se los dijeron el sueños, lo engañaron. Yo nunca lo crei, algunos tratamos de rebelarnos, pero fuimos apresados y tratados peor que a bestias. Entonces… Oh, El templo! El Templo de Karabor!
-Que le ha sucedido al templo? –Exclamo Stephona, quien habi estado escuchando en silencio.
-Oh, Gul’dan, el alumno de Ner’thul, el fue corrompido por los demonios. Ner’thul pudo ver la verdad y escapo de ellos horrorizados, pero Gul’dan fue tentado por el poder que ese demonio le ofrecia. Ellos siguieron arrasando con sus bases y, oh dios, tomaron el templo. Los sacerdotes no pudieron oponer resistencia, no hubo supervivientes. Y eso no fue lo peor, estaba ese Mannoroth. Un enorme Pit Lord, un comandante de la Legion.
La Legion ha tomado Karabor, no es posible- murmuro un comandante, moviendo la cabeza anonadado.
-Mannoroth vertio su sangre en la fuente y cuando los orcos bebían esa agua, les pasaba lo que nos paso a mi. Por eso no nos habían ejecutado, querían que bebiéramos el agua. Cuando estaba bajo la influencia de la sangre, no podía controlarme, segua las ordenes de los demonios y arrasaba con todo lo que me encontraba. Y lluego, oh no. Cuantos días han pasado desde que me capturaron?
- Casi tres días- respondió Nobundo
-Oh no, Entonces ya deben estar a punto de llegar. Rapido! Deben prepararse! En cualquier momento…
Entonces entra a toda prisa un pacificador, casi arrollando a unos Escudos. Gritando anuncia:
-Profeta! Nobundo! La cuidad esta bajo ataque! Todos los soldados a las muarllas exteriores!